

Son cada vez más las familias que han decidido cambiar la forma de consumir en su vida, apostando cada vez en más ocasiones por el uso de energías renovables, sustituyendo a las fuentes de energía tradicionales, esto se debe fundamentalmente a dos aspectos:
- La búsqueda de una sociedad más sostenible, ecológica y respetuosa con el medio ambiente
- Incrementar el ahorro asociado a los suministros energéticos, ya que estas alternativas son más económicas, sobre todo en los últimos tiempos, donde los precios se han disparado.
Es por esto que la alternativa de recurrir a la opción del autoconsumo se consolida como la solución perfecta para los usuarios cuando buscan ahorrar en las facturas de suministros.
A continuación, veremos algunas claves que llevan a los usuarios a decidirse por realizar este cambio en sus casas.
Antes de empezar, definimos el autoconsumo eléctrico como la producción de energía eléctrica que se emplea para el consumo propio, obtenida de manera renovable, para su producción se puede elegir entre la instalación de generadores eólicos (pequeños molinos) o la opción de instalar paneles solares localizados en la vivienda o cerca de ésta.
Lo más común en nuestro país es optar por la producción de energía solar cuando se habla de autoconsumo a nivel unitario.
El autoconsumo fotovoltaico
En el autoconsumo solar se consigue utilizando la radiación del sol para producir la electricidad, utilizando para ello placas solares, estas, durante la producción de energía, pueden llegar a producir una mayor cantidad de energía de la necesitada por la propia vivienda, esta puede ser traspasada de manera directa a la red general de distribución eléctrica.
Un sistema así, de estas características, conectado a la red, se compone de la siguiente estructura:
La placa solar como elemento captador de la radiación solar.
El acumulador que como su propio nombre indica almacena la energía obtenida por el mecanismo.
El regulador de voltaje que, evitará cualquier sobrecarga que puedan llegar a producirse.
El inversor transforma esta energía en corriente lista para ser usada y transmitida.
El sistema está conectado a la red general, de esta forma, cuando la instalación genera energía, es consumida directamente pero en los momentos en los que la instalación no está trabajando,independientemente del motivo, la energía es suministrada a través de la red eléctrica..
Además, existe el denominado como autoconsumo con excedentes, donde la energía obtenida por la instalación y no consumida por la vivienda, se transfiere sobre la red, obteniendo por ella una compensación económica en la factura de la luz.
¿Cuánto ahorraré gracias a esta instalación?
Es cierto que, al aventurarnos hacia el autoconsumo, debemos asumir una inversión en la compra del sistema, que puede llegar a ser elevada, no obstante, en la actualidad,existen políticas que promueven este tipo de iniciativas, ayudando económicamente a quienes deciden apostar por el autoconsumo, llegando incluso a reducir en un 50% los costes.
Además, en el momento en que empiece a trabajar la instalación se comenzará a notar un ahorro en las facturas. Este ahorro está estimado en torno a un 50-70% del valor de las facturas de suministros.
Para llegar a ese nivel de eficiencia es necesario analizar:
- La ubicación de la instalación, ya que existen variaciones de rendimiento en función de la exposición al sol; a mayor número de horas de sol, mayor cantidad de energía.
- El tamaño de la instalación; puesto que a un mayor número de placas fotovoltaicas, se podrá obtener una mayor cantidad de energía.
- La demanda energética y el tamaño de la vivienda.
- La tarifa contratada con la compañía eléctrica; la mayoría de instalaciones no pueden hacer frente a la demanda energética completa de una vivienda, por esto, lo más común es estar conectados de manera complementaria a la red general de suministro.
Al necesitar energía de la red, es necesario contratar los servicios de suministro entre alguna de las empresas dedicadas a la distribución, por eso debemos ver tanto el precio de la energía consumida como el precio de compensación en los casos inversos y buscar la opción que más nos convenga.
Se debe comprobar qué opción es más conveniente para nosotros entre el mercado libre o regulado, debido a que estos presentan diferencias entre los consumidores cuando se fija el precio de la luz variando en función del mercado donde tengamos incluido nuestro contrato.